Una vajilla para cada ocasión
Platos, vasos, cubiertos… decora tu mesa en función del evento que celebres
No es lo mismo desayunar en familia que invitar a unos amigos a comer o a tu nueva pareja a cenar. Tampoco optar por un brunch a media mañana que decantarse por una barbacoa en la terraza a eso de las dos o un coctel a media tarde. Cambia la compañía, cambia la comida y cambia la decoración. Por muy desenfadados que seamos en cuanto a gustos, sabemos que cada ocasión requiere un protocolo y que elementos como la vajilla, la cristalería, la cubertería y mantelería forman parte de él. Esto no quiere decir que debamos contar con platos, copas y cubiertos diferentes para cada evento ni que debamos reservar la vajilla y la cubertería “buena” para eventos especiales, como se estilaba en la época de nuestros abuelos. Para nada. Simplemente que comida e invitados marcan la decoración de la mesa y será necesario adaptarnos a ella si lo que queremos es triunfar.
En Girotel 4 somos especialistas en material de restauración y hostelería y, como tal, os podemos dar algunas ideas para decorar vuestra mesa y, sobre todo, para guiaros en los elementos que necesitaréis para vestirla.
- Brunch. Aunque aún es una desconocida en nuestro país, cada vez son más los que aprovechan las mañanas del domingo para disfrutar de esta comida que, en concepto, se parece mucho a nuestra merienda cena. Y es que el brunch no es otra cosa que un desayuno que se realiza demasiado tarde para ser considerado como tal y demasiado pronto para ser una comida (el término brunch nace de la unión de las palabras inglesas breakfast y lunch). Por eso no nos debe extrañar que en el brunch tengan cabida desde tortitas americanas con sirope, cupcakes, crêpes, café o fruta hasta huevos Benedictine, ensaladas o pasta. Y, claro, esta variedad de sabores y colores, también se debe reflejar en la mesa. Podemos, por ejemplo, decantarnos por una vajilla sencilla: platos, vasos y tazas sin ornamentos, pero de diferentes colores para aportar un poco de frescura a la mesa. O, quizá, para atenuar las tonalidades vivas de los alimentos, optar por una vajilla de porcelana en colores claros y con algún detalle floral que aporte un toque rústico a la decoración. La mantelería, eso sí, deberá estar acorde con una comida que, de seria, tiene muy poco y con la vajilla: si nos decantamos por poner color a nuestros platos y vasos, deberemos optar por mantelería en tonos crudos y, si por el contrario, nos decantamos por el blanco y el cristal, deberemos añadir color a la mesa con una mantelería viva.
Combinar platos y vasos de diferentes colores y materiales es una buena opción
- Barbacoa. Aquí, como en el caso del brunch, prima la sencillez y la frescura tanto en vajilla y cubertería como en mantelería. Podemos optar por un mantel de tela en colores vivos y por una vajilla donde se mezclen diferentes materiales y colores. Por ejemplo, vasos de cristal en tonalidades lilas, naranjas, azules o verdes con platos de porcelana blancos sobre bases en madera o rafia o bien copas de vidrio transparente y platos de diferentes colores. Y, si somos de gusto más sobrio, podemos decantarnos por una vajilla de porcelana en tonos claros y algún relieve y servirla sobre un mantel bordado. Lo que será necesario, independientemente de la decoración que hayamos elegido, es contar con tenedores y cuchillos especiales para cortar carne y con unas buenas copas de vino. Son básicos en cualquier barbacoa.
- Vermú. El vermú, como el coctel, tiene cristalería propia. Y, aunque entre amigos, lo de menos es el vaso en que se sirve esta bebida, lo suyo es utilizar recipientes especialmente diseñados para este fin. Hablamos, por ejemplo, del vaso Reina o del tambor, vasos delgados y no demasiado altos –el segundo es un poco más alto y grueso que el primero- y que conocemos por ser habituales en bares y tascas donde se sirve vermú artesanal. También, podemos optar por el vaso globo o de Coñac y por la típica copa de Martini, perfectos para degustar este licor de origen italiano y con un toque de glamour. Y, claro, además de beber, el vermú implica comer. Podemos tomar nota de los bares de moda de nuestra ciudad y servir el aperitivo en latas de conserva: salpicón de marisco, ensaladilla rusa o escalibada pueden presentarse en estos recipientes y acompañarlos de los típicos mejillones, anchoas o aceitunas. Para comerlos, los palillos de hoy y de siempre son perfectos. También, los cubiertos. ¿El mantel? De tela y, a ser posible, a cuadros, para emular las tabernas donde se suele degustar el vermú.
- Cena romántica. De las cuatro propuestas culinarias, ésta es sin duda una de las que va a requerir mayor sobriedad. Básicamente, porque lo que queremos es impactar a nuestra cita y hacerlo con gusto. No se trata, como podéis imaginar, de llenar la mesa pétalos de rosa y corazones. Tan sólo de contar con la vajilla y cubertería necesaria para servir la cena y que ésta, obviamente, esté en perfecto estado. El tono y el material de los platos dependerá del gusto de cada uno, aunque para este tipo de eventos es mejor optar por recipientes monocolor, que ayuden a resaltar el emplatado de los alimentos y a destacar en la mantelería. El negro y el blanco, para este fin, son perfectos. Y, como acompañantes, copas de vino, cubertería sencilla pero elegante y mantel y servilletas de tela, en un solo color.
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